No llores. Sonrie. ¿Las normas? No las sigas. Las normas están para saltárselas.
Nunca planifiques lo que vas a hacer un viernes por la tarde. Siempre te saldrá mal. Que pase lo que tenga que pasar. Improvisa. No tengas miedo. Echa de tu vida a esas personas que no se merecen estar en ella. Las que te pidan perdón, son aquellas a las que las importas y tal vez merezca la pena darlas una segunda oportunidad. No eres perfecta. Por supuesto. Ni tú ni nadie. Presume de tus defectos. Enfádate con tu mejor amiga y luego discúlpate. Trágate tu orgullo. No te escondas. Reordena tus ideas. Organiza tus esquemas. Suéltate el pelo. Vive la vida. Nunca sigas el guión. La vida no tiene instrucciones. No hagas cosas que no quieras hacer. Ríete de tus tonterías. No tengas miedo al futuro, disfruta del presente.
Cuando te caigas no llores, ríe y luego levántate. Sueña despierta, canta y baila esa canción que tan mal te lo hacía pasar hace un tiempo. Ya has llorado demasiado. Es hora de salir a la calle y de enseñar al mundo quién eres. Vive la vida, y no pierdas el tiempo en cosas que no importan con gente que si importa.
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